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¿Cómo nos relacionamos? ¿Cómo leemos?

¿Cómo nos relacionamos? ¿Cómo leemos?

Tengo que reconocer que me estais asustando un poco entre todos. Resulta curioso lo recurrente que está resultando en mi entorno, que no está relacionado, por cierto, con estos temas de los que hablamos aquí, el asunto de las redes sociales, Facebook en concreto, sobre todo lo relacionado con la seguridad, el derecho a la propia imagen y la falta de recursos o problemas de socialización que puede tener la gente a la hora de establecer relaciones cibernéticas.

Mi postura , hasta ahora que me está entrando el canguelo, ha sido siempre que creo que las personas con déficit de relaciones personales físicas tampoco se lanzan a las redes sociales como sustitutas de las otras, si exceptuamos ciertos casos ya inmersos en patologías mentales como el caso de los Hikikomori .

En mi caso concreto, los amigos que tengo en Facebook son los de mi círculo más cercano además de familiares que viven en la otra punta de la Península o en el extranjero. Las personas que yo conozco y están en estas redes no son inadaptados sociales, más bien al contrario, sino que además del contacto físico, el teléfono y el correo electrónico se sirven de otras herramientas complementarias en sus relaciones y se interrelaciona entre varios miembros. Una forma de relación no sustituye a la otra, la complementa.

Por otro lado, existe el miedo al Gran Hermano orwelliano (lamentablemente no al programa de TV) que podría vigilarnos, hacerse con nuestros datos y utilizarlos de modo malévolo. Mi vida es demasiado plana, sin ningún interés para airearla nadie, mis opiniones son poco interesantes y no versan sobre temas comprometidos (bueno, excepto defender siempre al  Athletic , eh?) de los que pudiera arrepentirme en un futuro.

Internet y los productos de la web son malos en tanto en cuanto hagamos un mal uso de ellos, lo mismo que sucede con la TV, el teléfono móvil o los plátanos: comer uno es bueno para la salud, comerse 12 seguidos nos acarrea problemas gástricos. Es decir, todo con mesura y autocontrol. Quien tenga intenciones aviesas no se arredrará ante la falta de medios, ni tampoco las nuevas tecnologías le impulsan, los delitos de este tipo no son una invención reciente. De todos modos, en mis relaciones no soy una necia y ando con ojo a la hora de colgar imágenes u opiniones.

Una cuestión que no sé si debe preocuparnos, pero que yo dejo ahí por si queréis debatirlo, es el cambio que Internet está produciendo en nuestro modo de leer y en nuestras costumbres lectoras.

Yo, que ya tengo ---taitantos, todavía me imprimo muchas páginas, puesto que me resulta más cómodo leer en papel, subrayar, hacer esquemas, flechas,... aunque cada vez  aguantan más mis ojos la lectura en pantalla. La impresión entre los más jóvenes, inmigrantes digitales y nativos, casi es impensable. Están acostumbrados al monitor y navegan felices entre los links que se les ofrecen, muchas veces, eso sí, leyendo sólo unas cuantas líneas antes de pasar al siguiente enlace.

Esta lectura, menos lineal que la tradicional, parece que está produciendo algunos cambios en el cerebro que se va adaptando a los nuevos sistemas según consta en la obra de Marianne Wolf : "Proust and the squid: the history and science of the reading brain"

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